Alustante y los Montes Universales
9 de julio de 2011, son las 7:00 de la mañana y vamos a empezar una nueva ruta por la zona de Alustante. Hace un frío que pela, puede que no superemos los 10ºC y la manga larga y el pantalón largo se echa a faltar. En estas tierras de la meseta, a más de 1400 metros sobre el nivel del mar no saben lo que es el verano, sobre todo por la noche.
Después de cargar agua en la fuente del Capricho salimos por las eras dirección a los Valles donde nos vamos a encontrar la primera subida del día. Nunca había ido desde Alustante a Orihuela por esta zona y tenía curiosidad de conocerla. Ahí encontramos nuestra primera sorpresa, después de una pequeña subida bastante asequible nos encontramos con un rampón de más de 24% de desnivel que fue imposible subir sobre la bicicleta, así que no tocó dar el primer paseo de la mañana. Esto nos hizo entrar un poco en calor. Por suerte no fue una rampa muy larga y pronto coronamos. La bajada fue también interesante ya que llegó un punto en el que casi tuvimos que hacer campo a través. Todo ello nos llevó hasta Valdefuentes donde enseguida encontramos la pista que nos conduciría a Orihuela. Para mí fue muy curioso ver Orihuela desde esa perspectiva, no estaba acostumbrado y pocas veces había subido a la parte alta del pueblo.
Cruzado Orihuela nos dirigimos hacia Bronchales ascendiendo el Collado de los Sevillanos y haciendo parte del recorrido de la marcha de Bronchales que se celebra la próxima semana. Se trata de una subida por pista, con desniveles bastante asequibles que permiten marcar un ritmo bueno. El único problema es que se hace muy larga, no hay casi descansos y la pendiente es muy constante. A pesar de ello se sube por sombra e incluso en pleno julio el calor no aprieta.
Una vez la pista alcanza la cota más alta y antes de llegar a Bronchales nos desviamos por un cortafuegos hacia el alto de Tremedal. De nuevo nos encontramos con otro tramo muy difícil para transitar en bici. Fue una de las pocas veces que he visto a Sánchez recurrir al plato pequeño. Incluso así no pudimos alcanzar la cima montados sobre la bici y de nuevo nos tocó empujar.
Una vez arriba pasamos por la zona más bonita de toda la ruta. Primero una senda casi salvaje pero sin complicaciones importantes que transcurre entre pinos y más pinos. Únicamente requiere un poco de destreza el paso de la senda entre dos piedras a modo de puerta ya que parece que la senda termine en un precipicio. Continuando la senda llegamos a la ermita de la Virgen del Tremedal donde hicimos una pequeña parada para disfrutar de la vista, hacernos unas cuantas fotos y cargar agua. Seguimos el descenso, pero evitamos la carretera con el viejo camino del tremedal, un camino muy destrozado que hace las delicias de cualquiera que le gusten los descensos rápidos y tortuosos. Llegando ya casi a Orihuela tuve mi mayor susto, ya que una piedra me hizo saltar la rueda trasera y casi salgo por las orejas. De casualidad conseguí controlar la bici.
De nuevo nos encontramos en Orihuela, y esta vez tomamos el camino hacia Orea por carretera. Pero poco dura el asfalto ya que enseguida nos desviamos por un camino a la izquierda que cruza el paraje de la Fuente del Cura donde volvemos a parar a cargar agua y a disfrutar de las vistas de la laguna. Enseguida comenzamos una nueva ascensión. Se trata de nuevo de una ascensión por pista buena con desniveles bastante asequibles, pero de nuevo muy larga. Esta vez a mi se me hace interminable, y además el hambre ya empieza a hacer mella. A mitad cruzamos el río de piedras y un poco más adelante encontramos otra fuente donde de nuevo hacemos la pertinente parada. Llegamos a la cota más alta y desde allí comienza un camino de sube y baja que nos deja en el Collado de los Santos al pie del Alto de San Cristóbal. Este tramo a mi me deja bastante tocado y a duras penas consigo llegar a la cima.
De un descenso vertiginoso nos deja a las puertas de Orea. Llego yo antes, el hambre y las subidas me han dejado sin fuerzas así que me siento sobre un pequeño muro a esperar a que Sánchez llegue. Una vez abajo los dos lo primer que hacemos es buscar una tienda de comestibles, llevamos más de 40 duros kilómetros y el desayuno lo tenemos en la punta del dedo gordo del pie.
Después de reponer fuerzas continuamos la ruta, en principio teníamos programado regresar a Alustante por el Alto de las Neveras, pero nada más vimos las primeras rapas decidí dar media vuelta. No tenia fuerzas como para ascender un nuevo puerto de más de 6 kilómetros, así que cambiamos de planes y regresamos por carretera que aunque eran bastantes kilómetros más, eran mucho más suaves. Al final la ruta se quedó en unos 60 km, unos 6 más de los previstos pero con una ascensión menos. Así tenemos la excusa perfecta para volver a subir por esta tierra y recorrer los caminos que esta vez no pudimos hacer.
Después de cargar agua en la fuente del Capricho salimos por las eras dirección a los Valles donde nos vamos a encontrar la primera subida del día. Nunca había ido desde Alustante a Orihuela por esta zona y tenía curiosidad de conocerla. Ahí encontramos nuestra primera sorpresa, después de una pequeña subida bastante asequible nos encontramos con un rampón de más de 24% de desnivel que fue imposible subir sobre la bicicleta, así que no tocó dar el primer paseo de la mañana. Esto nos hizo entrar un poco en calor. Por suerte no fue una rampa muy larga y pronto coronamos. La bajada fue también interesante ya que llegó un punto en el que casi tuvimos que hacer campo a través. Todo ello nos llevó hasta Valdefuentes donde enseguida encontramos la pista que nos conduciría a Orihuela. Para mí fue muy curioso ver Orihuela desde esa perspectiva, no estaba acostumbrado y pocas veces había subido a la parte alta del pueblo.
Cruzado Orihuela nos dirigimos hacia Bronchales ascendiendo el Collado de los Sevillanos y haciendo parte del recorrido de la marcha de Bronchales que se celebra la próxima semana. Se trata de una subida por pista, con desniveles bastante asequibles que permiten marcar un ritmo bueno. El único problema es que se hace muy larga, no hay casi descansos y la pendiente es muy constante. A pesar de ello se sube por sombra e incluso en pleno julio el calor no aprieta.
Una vez la pista alcanza la cota más alta y antes de llegar a Bronchales nos desviamos por un cortafuegos hacia el alto de Tremedal. De nuevo nos encontramos con otro tramo muy difícil para transitar en bici. Fue una de las pocas veces que he visto a Sánchez recurrir al plato pequeño. Incluso así no pudimos alcanzar la cima montados sobre la bici y de nuevo nos tocó empujar.
Una vez arriba pasamos por la zona más bonita de toda la ruta. Primero una senda casi salvaje pero sin complicaciones importantes que transcurre entre pinos y más pinos. Únicamente requiere un poco de destreza el paso de la senda entre dos piedras a modo de puerta ya que parece que la senda termine en un precipicio. Continuando la senda llegamos a la ermita de la Virgen del Tremedal donde hicimos una pequeña parada para disfrutar de la vista, hacernos unas cuantas fotos y cargar agua. Seguimos el descenso, pero evitamos la carretera con el viejo camino del tremedal, un camino muy destrozado que hace las delicias de cualquiera que le gusten los descensos rápidos y tortuosos. Llegando ya casi a Orihuela tuve mi mayor susto, ya que una piedra me hizo saltar la rueda trasera y casi salgo por las orejas. De casualidad conseguí controlar la bici.
De nuevo nos encontramos en Orihuela, y esta vez tomamos el camino hacia Orea por carretera. Pero poco dura el asfalto ya que enseguida nos desviamos por un camino a la izquierda que cruza el paraje de la Fuente del Cura donde volvemos a parar a cargar agua y a disfrutar de las vistas de la laguna. Enseguida comenzamos una nueva ascensión. Se trata de nuevo de una ascensión por pista buena con desniveles bastante asequibles, pero de nuevo muy larga. Esta vez a mi se me hace interminable, y además el hambre ya empieza a hacer mella. A mitad cruzamos el río de piedras y un poco más adelante encontramos otra fuente donde de nuevo hacemos la pertinente parada. Llegamos a la cota más alta y desde allí comienza un camino de sube y baja que nos deja en el Collado de los Santos al pie del Alto de San Cristóbal. Este tramo a mi me deja bastante tocado y a duras penas consigo llegar a la cima.
De un descenso vertiginoso nos deja a las puertas de Orea. Llego yo antes, el hambre y las subidas me han dejado sin fuerzas así que me siento sobre un pequeño muro a esperar a que Sánchez llegue. Una vez abajo los dos lo primer que hacemos es buscar una tienda de comestibles, llevamos más de 40 duros kilómetros y el desayuno lo tenemos en la punta del dedo gordo del pie.
Después de reponer fuerzas continuamos la ruta, en principio teníamos programado regresar a Alustante por el Alto de las Neveras, pero nada más vimos las primeras rapas decidí dar media vuelta. No tenia fuerzas como para ascender un nuevo puerto de más de 6 kilómetros, así que cambiamos de planes y regresamos por carretera que aunque eran bastantes kilómetros más, eran mucho más suaves. Al final la ruta se quedó en unos 60 km, unos 6 más de los previstos pero con una ascensión menos. Así tenemos la excusa perfecta para volver a subir por esta tierra y recorrer los caminos que esta vez no pudimos hacer.