La Masía de Uñoz
1 de junio de 2013. A las 7:30 nos juntamos Sanchez y un servidor para hacer una ruta larga hasta la Masía de Uñoz. Cabía la posibilidad de que viniera Paco pero como vimos que no aparecía al final decidimos partir.
Salimos por la antigua N234 dirección Torres Torres y de ahí siguiendo por la vía de servicio hasta la zona de Arguines donde abandonamos la carretera. Después de un par de kilómetros fuimos a parar a la Vía Verde a la altura de la Masía y por ahí continuamos hasta la Yesera.
En ese punto comenzamos la primera subida seria que nos dejaría junto al Bartolín. Subimos a la marcha, todavía nos quedaban muchos kilómetros por tanto no era plan de apretar. Bajamos hacia el Gabacho y después a La Hoya donde comenzó la subida más dura de la mañana. Antes de comenzar a subir hicimos una pequeña paradita para reponer fuerzas.
En esta subida apretamos un poco más, o eso me pareció a mi. Sanchez enchufó su motor diesel y aunque comenzó la subida a rueda al momento se puso a tirar. Me venia justo seguirle, pero aguantaba a rueda. Llegando a La Mocha dimos caza a dos bikers de Navajas, ellos se pararon en la masía y nosotros continuamos. La subida empezaba a hacerse larga y cada ver me costaba más seguir la rueda de Sanchez. Al final coronó por unos metros por delante de mi, menos de los que me esperaba.
Desde la cima bajamos hacia la carretera sin pasar por Gátova, este terreno me favorecía más a mi y tenía que ir esperando de vez en cuando. Cruzamos la carretera y nos dirigimos hacia la Masía de Uñoz haciendo una parada primero en el paraje de la fuente de la Alameda.
La Masía de Uñoz se hizo famosa el año pasado durante el incendio de Andilla ya que fue uno de los puntos puntos donde lograron detener las llamas. El contraste entre las zonas quemadas y las montañas que se consiguieron salvar del fuego saltaba a la vista. A pesar de ello este año tan lluvioso ha hecho que en la zona quemada haya aparecido mucha vegetación baja con lo que el verde se ve como le va ganando terreno al negro.
Después de pasar por la masía nos encontramos con la segunda subida dura de la mañana. No tan larga como la de la Mocha pero con casi 40 km en las piernas se empezaba a hacer pesada. Esta vez conseguí en todo momento aguantar la rueda de Sanchez y los dos juntos coronamos.
La siguiente bajada fue impresionante, unas rampas de vértigo que te invitaban a tomar grandes precauciones, a pesar de ello en algunos tramos se alcanzaban buenas velocidades. De todos modos cada cierto tiempo me tocaba parar para esperar ya que no era plan de perder al compañero. Después de una larguísima bajada, 45 km en las piernas y las 11:15 de la mañana decidimos hacer una parada en el bar de la Piscina de Altura. Sanchez se hizo un simple cortado pero yo me comí mi almuerzo de rigor.
Ya solamente nos quedaban los 25 km de vía verde que nos dejarían en Estivella los cuales hicimos a un ritmo tirando a bajo. Si me ponía delante y subía el ritmo Sanchez se quedaba. La ruta parece que se le había hecho un poco pesada.