Entre Calderona y Espadán
Primera frase de la mañana, «hoy decían que iba a llover», miramos al cielo y pensamos … «parece que se han equivocado».
Sin miedo a la lluvia salimos dirección a Azuebar por el río Palancia hasta llegar a Alfara donde tomamos la vía de servicio de la carretera de La Vall al Juncar hasta llegar a las fincas de naranjos de Escales. Desde ahí nos dirigimos hacia la laguna de la Dehesa.
En esta ruta pensábamos descubrir varios tramos desconocidos hasta el momento para nosotros. El primero era la ascensión a la laguna de la Dehesa por la cara sur. Un autentico fiasco. El camino está destrozado y combinado con más de un 20 % de desnivel hace imposible subir sobre la bici.
Después de algunas fotos en la laguna bajamos dirección a Azuebar llegando como siempre por la senda que entra por la parte alta del pueblo.
Mientras estábamos almorzando en el bar de la piscina oímos un ruido extraño, nos fijamos fuera y pensamos ¿Quien dijo que no iba a llover? Fue una tormenta corta, así que cuando paró un poco seguimos adelante con nuestra ruta esta vez por la rambal de Azuebar que baja hasta la presa de Algar.
Esta vez nos desviamos hacia la derecha dirección Sot de Ferrer. En este tramo miramos al cielo y parecía que la cosa se despejaba. A los pocos kilómetros se volvía a poner a llover. El segundo tramo desconocido para nosotros era que transcurría por el interior de cauce del Palancia desde un poco más abajo de Sot hasta la presa de Algar.
El camino cada vez se complicaba más, y en algunos casos debíamos de cruzar barrizales o charcas de medio metro de agua. Y para más complicación cada vez llovía más fuerte. Mejor damos media vuelta y le ponemos la cruz a este tramo. Así que retrocedimos hasta Sot de Ferrer para regresar por la vía Verde.
Después de pasar Algar, la lluvia ya había remitido por lo que abandonamos la vía Verde para colarnos por el barranco de Argines. En este momento hacemos la última ascensión del día, en la que atravesamos una finca de naranjos para salir a la carretera de l’Oronet.
De ahí ya a Estivella con unos 57 km de ruta. Al final todavía tuvimos suerte ya que se puso a granizar justo después de llegar … menos mal.