Subida al Mas de la Costa

Subida al Mas de la Costa

23 de Julio de 2016. En la próxima edición de la Vuelta Ciclista a España, las etapas decisivas de la última semana se celebrarán en nuestra comunidad. Una de ellas es la que finalizará en el alto del Mas de la Costa. Un final de etapa que nos lo han vendido como #infiernoMasdelaCosta, y eso había que comprobarlo. Así que Sanchez y un servidor nos trasladamos hacia la comarca de l’Alcaláten a probarnos en esas terribles rampas.

Tras algún que otro contratiempo, llegamos a la pequeña localidad de Figueroles de donde partía la ruta que planificamos, una combinación de BTT con la ascensión al Más de la Costa, más pensada para bici de carretera, eso si, con los desarrollos adecuados.
Desde Figueroles salimos dirección Más de la Parra con una pista de tierra en muy buenas condiciones que recodaba mucho a las curvas del Alpe d’Huez aunque las pendientes eran llevaderas. Las primeras rampas duras nos las encontramos al paso por Más de la Parra donde un tramo no demasiado largo que hormigón ya nos obligó a darlo todo.
Tras unos kilómetros cresteando comenzamos la bajada hacia el río Lucena desde donde ya se observa la impresionante subida a Más de la Costa. La verdad es que las vistas nos asustaron un poco. Bajada rápida por pista de tierra, cruzamos el río y nos encontramos con el comienzo del puerto. Nada más comenzar nos encontramos con un mural explicativo de lo que nos espera.
En el momento de comenzar la ascensión llega un grupo con bicicletas de carretera. Comenzamos la subida y sobre todo yo me la tomo con mucha calma, pongo todo el desarrollo y adelante. Poco a poco perdemos el contacto del grupo de bicis de carretera excepto dos de ellos que después de sufrir unas cuantas rampas deciden abandonar. Nosotros continuamos, mi ritmo es ligeramente más lento que el de Sanchez, no conozco la subida y voy regulando pulsaciones así que poco a poco me voy descolgando. Con el ritmo que llevo no sufro demasiado, es lo que tiene llevar un plato de 26 dientes y un piñón de 36. A pesar de ello las rampas son terroríficas y en algunos tramos incluso tengo que inclinar el peso hacia adelante para que no se me levante la rueda delantera. El Garmin no me baja del 10% y en muchos tramos incluso del 15%. La recta que hay en el penúltimo kilómetro es eterna, completamente desprotegida hacía que Lorenzo se cebara con nosotros. En el último kilómetro vuelven las curvas de herradura pero la pendiente no suaviza, nos queda el remate final rondando el 20%. Finalmente coronamos, nos hacemos las pertinentes fotos y hacia abajo a buscar un lugar donde almorzar.
La bajada es peligrosa, se embala la bici con facilidad y hay que tirar de frenos. Medio juego de pastillas nos dejamos seguro, con bici de carretera habrá que ir con mucha precaución. En el cruce optamos por no continuar por la carretera sino que tomamos una pista por el interior de la cuenca del río Lucena.
En este punto nos encontramos la sorpresa de la mañana. Para poder llegar a Lucena debíamos subir una rampa de 1 km cuya pendiente nada tenía que envidiar a la subida del Más de la Costa. Incluso me atrevería a decir que era todavía más dura superando el 18% de desnivel.
Tras superar ese duro repecho llegamos a Lucena donde paramos a reponer fuerzas. Almuerzo con carajillo y a continuar subiendo. Contando los tramos de antes y de después del almuerzo la subida también fue considerable. Para terminar la ruta una larga bajada compartiendo ruta con la marcha Gegant de Pedra nos dejó en Figueroles.
Al final unos 1700 metros de acumulado en tan solo 45 km da una idea la dureza de la marcha.


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