Chulilla, Embalse de Loriguilla, Sot de Chera y Las Toscas

Chulilla, Embalse de Loriguilla, Sot de Chera y Las Toscas

15 de julio de 2012. Llegó el día de la excursión a Chulilla. Me levanto a las 5:20 y está lloviendo, mal empieza el día. A las 6:00 habíamos quedado para cargar las bicis y ya había parado. Afortunadamente parecía cuatro gotas. Nos juntamos Alberto, Catalín, Felipe, Sanchez, Serrano, Senent, Ximo y un servidor. Cargamos las bicis entre el coche de Sanchez y una furgoneta de Catalín y salimos dirección Chulilla.
Pronto llegó el primer incidente. Antes de llegar a la salida de Bétera la furgoneta de Catalín dice basta. Se para en medio del by-pass y ni Serrano consigue arreglarla, la cosa parece grave. Llamamos a la grúa y mientra Sanchez nos descarga en la rotoda de Betera a Felipe, Senent y a mi (los tres, en medio de una rotonda, vestidos de ciclistas pero sin biciletas, no se la impresión que daríamos) y se vuelve con Alberto y Serrano a por más coches.
La grúa se lleva la furgona y nosotros cargamos las bicis y continuamos. Hemos perdido más de una hora.
Entre pitos y flautas empezamos a rodar casi a las 9 de la mañana cuando la idea era salir entre 7:15 y 7:30. Salimos con el día muy nublado y nada más salir del pueblo la primera senda por la parte de arriba de la hoz del Turia. En esta primera senda Felipe tiene un pequeño incidente de poca gravedad. Salimos de la senda y empieza a llover. Las caras de preocupación empezaban a aparecer ya que el plan era que el resto de los familiares nos esperaban en el Balneario dándose un baño antes de comer.
De nuevo la cosa no llegó a mayores y aunque el día seguía cerrado la lluvia dejó de caer cuando bajábamos dirección al embalse de Loriguilla. Mediante un par de kilómetros asfaltados llegamos a la presa donde aprovechamos para hacernos la foto de familia. A partir de ahí comenzaba la zona más dura a pesar de que debido al incidente con la furgoneta habíamos decidido recortar parte de la subida. Nada más comenzar la subida Serrano lanzó un duro ataque de los suyos, Ximo intento seguirlo (sobre todo para salir en la foto). Al cabo del rato nos quedamos Alberto, Catalín, Sanchez y yo en un grupo delantero, Serrano haciendo la goma, un poco más atrás Senent y cerrando el grupo Felipe y Ximo.
En el primer cruce que nos encontramos nos desviamos hacia la derecha por donde continuamos hacia la fuente Fech. En ese punto ya habíamos alcanzado la cota máxima de la mañana, y después de reparar el pinchazo en la rueda delantera de Felipe, tocaba bajar hacia Sot de Chera. Antes aun tuvimos tiempo de visitar el mirador donde disfrutamos de una impresionante vista del valle de Sot. Desde allí también divisamos una senda con muy buena pinta como alternativa a la pista por donde íbamos a bajar.
Cuando bajamos Sanchez, Senent y Catalí decidieron seguir por la pista y el resto hicimos la senda. Al final era más complicada de lo que parecía.
En Sot de Chera nos cruzamos con un biker del CD Barranco llamado Jose al que le preguntamos por un sitio donde almorzar. Se juntó con nosotros y nos llevó a «el Cerrao» junto al río donde disfrutamos de un impresionante almuerzo con cremaet, xupitos … Nuestro presi se puso las botas y acabó entonado para el resto de la ruta.
Después de más de una hora y cuarto comiendo, bebiendo y sobre todo riéndose nos pusimos de nuevo a rodar. Esta segunda parte de la ruta era mucho más refrescante ya que debíamos cruzar el río varias veces.
Jose nos acompaño un tramo del recorrido. En el primer vado Felipe intenta cruzarlo sobre la bici pero no lo consigue y acaba en el agua cuando intenta volver a ponerse en marcha se da cuenta que el cambio no funciona bien. Se le había roto el muelle, un nuevo incidente. Serrano con una cincha se lo tensa y consigue que pueda rodar con un desarrollo fijo.
Seguimos pasando vados y yo no consigo cruzar ninguno, cuando intentaba hacer fuerza me saltaba la cadena. Los piños me estaban pidiendo urgentemente un cambio. En cambio Ximo si que consiguió pasar todos los vados. En las Toscas Felipe aprovechó para darse un baño, la lástima es que la cascada estaba seca. En ese punto Jose nos abandonó y nosotros continuamos dirección al Balneario.
Pasamos por el balneario y Felipe se quedó. El resto continuamos hacia los coches que los teníamos en Chulilla. Para llegar cruzamos una senda llena de aliagas donde experimentamos una exfoliación gratuita en nuestras espinillas. Lo raro es que los neumáticos aguantaran. Yo conseguí llegar con una pincha clavada. Sobre las dos menos cuarto llegábamos a Chulilla, ya no nos daba tiempo a adentrarnos al Charco azul así que nos dirigimos a los coche por las duras calles del pueblo.


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