Los cinco picos de la sierra Espadán

Los cinco picos de la sierra Espadán

La de este sábado era una ruta que teníamos pensada hace ya tiempo pero debido a la previsible dureza de la mima y los kilómetros todavía no habíamos tenido tiempo de hacerla. Por fin este sábado nos animamos y allá que nos fuimos Sánchez, Alberto y yo.
A las 6:15 habíamos quedado en Estivella donde cargamos la bicis en dirección a Chovar de donde empezaríamos la ruta. A las 7:00 ya estábamos pedaleando huyendo del calor, en ese momento 17.5ºC marcaba el coche.

Tomamos la carretera en dirección a Azuebar y después de un ligero descenso comenzamos la ascensión hacia la Paridera. Se trata de un puerto corto, no llega a 4 kilómetros de los cuales no más de dos son en ascenso, la parte central es ligeramente en bajada, pero que dos … 9.3% de pendiente media y más de 16% de máxima con terreno malo. Sánchez como siempre a lo suyo yo intentándolo seguir y Alberto haciendo la goma. Al final llegamos arriba y el descenso comienza con una divertida senda que al rato se convierte en pista para empalmar con la carretera de la Vall a Soneja en la parte baja del Marianet.

Llegamos a Alfondeguilla y comienza el siguiente puerto. El Puntal, 6.5 km con algún descansillo, 16% también de pendiente máxima pero una pendiente media de subida más baja, en este caso del 6.7%. Todo sigue igual. Sánchez a lo suyo, yo intentando aguantar y Alberto haciendo la goma. Llegamos arriba y para tomar la pista que baja hacia Artana tenemos que tomar otra senda, esta vez más complicada y sobre todo por que nos equivocamos en un tramo de la misma. Alberto con su doble por delante, yo detrás y Sanchez jurando en arameo. Por fin encontramos la pista y descenso hacia Artana donde casi llegando al pueblo me picó una avispa, después de unos minutos con algo de dolor se me calmó la cosa.

El tercer puerto, Cocons, fue larguísimo sobre todo debido a 1.4 km que hicimos de más por equivocación que se refleja en el perfil en una pequeña punta y que punta. En total, contando la equivocación, fueron casi 9 km, con pendiente media de subida del 8.5% y máxima del 19%. En relación a nosotros, Sanchez seguía tan fresco, aunque el tramo equivocado lo dejó algo tocado. En ese tramo tuve un percance con una piedra que me provocó tirar la bici al suelo con la mala suerte que se me desreguló el cambio trasero y me quedé descolgado ya que me saltaba el piño. Al final conseguí regularlo. Alberto empezaba a dar signos de recuperación. A partir de la cima, vertiginoso descenso hacia Eslida donde nos esperaba el almuerzo el «La Paquita» después de casi 40 km y 3 pedazo de puertos. Aunque nos quedaba lo peor.

El cuarto puerto fue la Nevera. 5.14 km, pendiente media de subida del 10.3% y máxima de casi el 17%. Empezamos el puerto como siempre, Sanchez por delante, yo a pocos metros y Alberto haciendo la goma, pero milagrosamente, a mitad de puerto Alberto sufrió una recuperación y a partir de entonces fui yo el que iba haciendo la goma. Este fue un puerto duro, con una pendiente casi continua y con muy pocos descansos. En este punto ya estábamos bastante reventados, empezamos el descenso hasta empalmar con la carretera de Chovar a Eslida, bastante cerca del primero.

Desde ahí tomas la carretera en dirección a Eslida para empezar el último puerto del día, el Aljub. 7.6 km pendiente media del 8.8% y máxima del 18.6%. Coronamos el puerto de Eslida por carretera buena y nos desviamos hacia la izquierda por una carretera estrecha pero asfaltada donde a partir del cruce con el camino hacia la bellota comenzó el infierno, 2.3 km terroríficos y más con lo que llevábamos en las piernas. Alberto sufrió una transformación milagrosa y se puso a subir que ni Sanchez ni yo lo podíamos seguir. Por fin vi a Sanchez sufrir en una subida, creía que no era humano. A mitad de subida tuve que parar y reponer fuerzas, era la 13:00 y el sol cascaba de lo lindo. A 30ºC conseguimos coronar, parecíamos zombies ¡qué caras!. Desde ahí descenso hacia Chovar con una pequeña parada en la fuente de la Bellota, como un oasis en medio del desierto, ¡qué agua más fresquita!. Finalmente pasadas las 14:00 llegamos a los coches. Esta vez creo que hemos descubierto nuestros límites, pero la semana que viene más.


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